La filtración es un método para separar las impurezas sólidas del líquido permitiendo que el líquido pase a través de un filtro, que generalmente consiste en un material poroso como algodón, tela, papel, lana de vidrio o asbesto. El filtro atrapa partículas sólidas, y el tamaño de sus poros u orificios determina las partículas que pasan. El agua fluye a través del material a baja velocidad.
El filtro permite que el agua pase mientras retiene la mayoría de la materia sólida. El proceso de filtración generalmente se realiza repetidamente para asegurar que las partículas no deseadas se eliminen del agua. El método de filtrar el agua a través de un lecho granular se llama filtración lenta de arena. Este es el método de filtración más antiguo, pero aún hoy se usa comúnmente en las plantas de tratamiento de agua municipales.
En los sistemas de filtración modernos, se utiliza un filtro multimedia. El material constituyente principal del filtro es el carbono, que forma un bloque sólido a diferencia de los filtros de arena de estructura holgada. Aparte del carbono sólido, el filtro de agua también incluye otras sustancias de medios. Limpia el agua a través de procesos químicos y físicos. Químicamente, el filtro multimedia realiza la adsorción, en la cual la carga atómica del carbono hace que las partículas abandonen su enlace con el agua y se unan químicamente al filtro. Físicamente, el filtro bloquea las partículas no deseadas a través de sus estructuras moleculares que son más grandes que el agua. En los laboratorios de química orgánica, la filtración por succión y la filtración por gravedad son ampliamente utilizadas.