Las secuelas neurológicas son afecciones médicas asociadas con neuronas dañadas como resultado de una enfermedad, lesión u otro trauma anterior. La palabra latina sequela significa "secuela" o "seguir". Por ejemplo, si una persona sufre daños o lesiones en la médula espinal, una secuela neurológica puede ser completa o parálisis parcial de sus extremidades y /o torso. Esta condición se conoce como tetraplejia.
Otro ejemplo de una secuela neurológica es la presencia de movimientos musculares involuntarios en la cara o las extremidades derivados del daño neurológico que se sufrió durante un accidente cerebrovascular o un tumor cerebral. Esta condición se conoce comúnmente como ataxia. Las secuelas neurológicas también pueden surgir de traumas físicos y psicológicos, como el causado por la tortura. En este caso, el trauma podría definirse como palizas, heridas de bala, puñaladas, asfixia, suspensión prolongada y electrocución. Todas estas formas de trauma pueden provocar secuelas neurológicas que pueden incluir: dolores de cabeza, vértigo, pérdida de la conciencia, mareos, parálisis de una extremidad, convulsiones y disminución de la sensación. En un estudio realizado por la Escuela de Medicina de la Universidad de Boston, se descubrió que el 86 por ciento de los presos presos políticos que se encontraban recluidos en una prisión en Caracas, Venezuela, reportaron tener dolores de cabeza después de haber estado expuestos a traumas derivados de interrogatorios intensos y tortuosos. /p>