Los tallos de plantas son multitarea: apoyan el crecimiento de hojas y brotes y sirven como rutas de transporte para el agua, los alimentos y los minerales. Los tallos de plantas se encuentran entre las características físicas más reconocibles de las plantas; también sostienen las hojas, brotes y flores en posición vertical y evitan que se caigan con fuertes vientos y lluvia. Aunque a primera vista los vástagos no parecen hacer mucho, hay mucha actividad debajo de sus superficies.
Los tallos contienen tres componentes estructurales principales: xylem, cambium y floema. El floema y el xilema son componentes primarios de los sistemas vasculares de las plantas y desempeñan un papel principal en permitir el movimiento de minerales y nutrientes a todas las áreas de la planta. Los tallos de las plantas funcionan como las carreteras. Contienen túneles y tubos anchos y rectos que permiten el movimiento rápido de líquidos y alimentos esenciales en toda la planta. En todas las horas del día y de la noche, los sistemas vasculares de los tallos están llenos de actividad. Los vasos del xilema secretan fluidos que facilitan el movimiento del agua y los minerales, mientras que los alimentos se digieren y transportan a través del floema. El último componente del vástago, que es el cambium, también es un punto caliente para la actividad. En esta región, se lleva a cabo una división celular crítica, que indica a la planta que siga creciendo.