El grafito no tiene un punto de fusión y, en cambio, se convierte en gas a 6254 grados Fahrenheit a través del proceso de sublimación. El grafito se compone completamente del elemento carbono.
El grafito es químicamente similar al diamante, pero las dos sustancias son físicamente diferentes. Un punto de diferencia radica en la dureza de cada material. Usando la escala de dureza mineral de 1 a 10 Mohs, el grafito se registra en 1 a 2 debido a su suavidad, mientras que el diamante se ubica como la sustancia más dura en 10. Mientras que la dureza del diamante se atribuye a sus electrones unidos covalentemente, la suavidad del grafito resulta de sus hojas deslizantes de átomos de carbono.