Como señala History.com, aunque Cristóbal Colón no descubrió el Nuevo Mundo, uno de los impactos de su exploración fue la apertura de América del Norte al asentamiento y la explotación. Otro impacto fue la devastación de la población nativa a través de enfermedades, subyugación y deterioro ambiental.
El primer europeo en visitar la costa de América del Norte fue Leif Erickson, quien creó un asentamiento en el área de Terranova de Canadá en el siglo XI. Siglos más tarde, en 1492, Cristóbal Colón, mientras buscaba una ruta hacia el Lejano Oriente, exploró inadvertidamente algunas islas del Caribe y la costa de América del Sur. Las implicaciones fueron profundas tanto para el Viejo Mundo como para el Nuevo Mundo. Los europeos se beneficiaron de las materias primas traídas de las Américas. También adoptaron alimentos nutritivos de las Américas como parte de sus dietas regulares, incluidos los tomates, las papas y el maíz.
Según Bio.com, a los pueblos indígenas de las Américas les fue mucho peor. Aunque el trigo del Viejo Mundo se convirtió en una importante fuente de alimento y los caballos europeos ayudaron a que culturas enteras de nativos americanos evolucionaran en las grandes llanuras, muchas más personas de las que se alimentaban con alimentos europeos murieron a causa de enfermedades importadas como la viruela. Civilizaciones enteras de poblaciones indígenas se perdieron debido a epidemias de enfermedades para las cuales no tenían inmunidad.