Los científicos clasifican la tiña como un dermatofito, u hongos imperfectos, porque su ciclo de vida sexual no está claro. Más a menudo, la tiña se reproduce a través de hifas similares a las membranas que forman esporas reproductivas. Estas esporas invaden las partes externas y muertas de la piel y otras áreas donde hay queratina, como en el cabello y las uñas.
En los humanos, las infecciones de la tiña son causadas por el hongo Trichophyton y generalmente ocurren en los pies, especialmente entre los dedos de los pies. La tasa de crecimiento de esporas depende de la presencia de nutrientes en el ambiente, pero la germinación ocurre típicamente dentro de las 6 horas de exposición, y las colonias pequeñas se forman dentro de las 24 horas. A las 48 horas, las esporas entran en la fase estacionaria, durante la cual el crecimiento disminuye y comienzan a producir enzimas que les permiten invadir la epidermis. Debido a que esta capa de piel tiene muy poco suministro de sangre, el sistema inmunológico del cuerpo no puede combatir la infección de manera efectiva en esta etapa. Las esporas permanecen en la piel por tiempo indefinido, lo que es una de las razones por las cuales las infecciones por tiña tienden a ser resistentes al tratamiento y, a menudo, se repiten.
Hasta un tercio de las infecciones por tiña no causan síntomas. Sin embargo, cuando las enzimas comienzan a degradar la epidermis, a veces se produce una respuesta inflamatoria. Es esta inflamación, no la tiña en sí misma, la que causa ardor, picazón y erupción a menudo asociados con la tiña.