Hay muchas razones importantes para valorar la individualidad, como fomentar la innovación, no ser influenciado por otros, inspirar a otros y vivir la vida con más alegría. Fomentar la individualidad ayuda no solo al individuo, sino a la sociedad en su conjunto.
La individualidad fomenta el pensamiento creativo y el desprecio por las convenciones y los límites. Las personas que no están limitadas por nociones de lo que puede o no puede lograrse pueden ver las situaciones desde una perspectiva diferente y diseñar soluciones innovadoras a los problemas.
Del mismo modo, un fuerte sentido de individualidad significa no dejarse llevar por los temores o dudas de los demás. Muchas personas están plagadas de incertidumbres y dudas, pero la individualidad alienta a las personas a abordar y vencer estos temores. Aquellos con un verdadero sentido de individualidad pueden sopesar los riesgos y beneficios potenciales para sí mismos, sin tener en cuenta lo que puede ser comúnmente aceptado o no en la sociedad. La individualidad también alienta a otros a probar enfoques más innovadores.
Aquellos que ven el éxito de un individuo con una idea única a menudo se inspiran para perseguir sus propios esfuerzos. La individualidad equivale a un sentido de liderazgo de esta manera. Los miembros más influyentes de la sociedad son comúnmente aquellos con perspectivas verdaderamente únicas e individuales.
Finalmente, la individualidad permite a las personas tener un sentido más claro de lo que necesitan para ser felices. En lugar de adherirse a las nociones de felicidad construidas por la sociedad, los individuos buscan la verdadera alegría en cualquier forma que puedan tomar.