Las esponjas, o poríferas, se reproducen tanto sexual como asexualmente. En la práctica sexual, la reproducción se logra a través de la brotación, que es un proceso en el cual nuevas esponjas crecen de esponjas adultas. También se puede lograr asexualmente por fragmentación, en la cual una pieza separada de una esponja adulta se convierte en un nuevo organismo.
La mayoría de las esponjas son hermafroditas, que poseen tanto óvulos como esperma. A pesar de esto, la reproducción sexual ocurre con mayor frecuencia entre esponjas, a diferencia de dentro de un solo organismo. Las células de esperma se liberan en el agua y, dependiendo de la especie, la fertilización puede tener lugar dentro o fuera del cuerpo de otra esponja. Una vez fertilizados, los huevos se convierten en larvas, o parénquímulas, que luego buscan una superficie en agua abierta sobre la cual crecer para convertirse en una esponja adulta.