Los conejos se protegen a sí mismos mordiendo y pateando. Algunos conejos más pequeños también pueden trepar árboles para escapar de los depredadores, pero su mejor defensa es su velocidad.
Los conejos, por naturaleza, son animales tímidos con excelente visión y audición, y prefieren permanecer escondidos entre maleza y madrigueras. Una madre conejo tiene la capacidad de defenderse de una serpiente u otro animal el doble de su tamaño cuando está tratando de proteger a sus crías. Debido a que los conejos salvajes pueden ser bastante brutales cuando están acorralados o tratando de protegerse, no es una buena idea recoger uno o intentar atraparlo.