La oxidación es una reacción química en la que el hierro se descompone lentamente cuando se expone al agua y al aire. Se clasifica como una reacción de oxidación; El oxígeno, el agua y el hierro reaccionan para formar óxido de hierro (III) hidratado, que se conoce como óxido. La oxidación es un buen ejemplo de la corrosión del metal.
El agua actúa como el principal catalizador durante la oxidación. Los átomos de hidrógeno dentro de las moléculas de agua se amalgaman con otros elementos para formar ácidos. Estos ácidos exponen la superficie del metal, mientras que los átomos de oxígeno reaccionan con los átomos de hierro para formar un compuesto de óxido destructivo. Todo el proceso se acelera si ocurre en lluvia ácida o agua salada. La oxidación debilita el hierro, haciendo que su estructura se vuelva quebradiza. Los metales más finos, como la lana de acero, son más propensos a oxidarse. Los enlaces de hierro finalmente se destruyen, lo que hace que se desintegre.
Hay varias formas de tratar el metal para prevenir los efectos destructivos del óxido. Los métodos más populares y económicos incluyen el uso de pinturas resistentes al agua y recubrimientos protectores como el aceite. La oxidación también se puede prevenir utilizando desecantes o deshumidificadores para eliminar la humedad del aire. El acero generalmente se galvaniza para prevenir la formación de óxido de hierro. La protección catódica utiliza corrientes eléctricas para prevenir o suprimir la reacción de oxidación que conduce a la formación de óxido.