La respiración celular se mide principalmente mediante el uso de dos métodos diferentes: uno que consiste en medir los cambios de temperatura a lo largo del tiempo y otro que utiliza los intercambios y el consumo de diferentes gases mediante el uso de un respirómetro. El calor puede usarse para medir la respiración celular porque es un proceso exergónico. Debido a que la respiración está muy ligada a diferentes gases, los respirómetros y los gases de medición también se pueden usar de manera efectiva.
La respiración celular es un proceso que consiste en muchas reacciones metabólicas diferentes que tienen lugar dentro de las células de los organismos. Estos procesos pueden convertir diferentes tipos de nutrientes en energía y producir diferentes productos de desecho.
La medición de la velocidad a la que una célula atraviesa la respiración se puede realizar de varias maneras. Una forma simple es rastrear el calor de la celda. Esto es posible porque el proceso de conversión de nutrientes en energía crea calor. Las fluctuaciones en los patrones de calor de una célula pueden analizarse para dar a los científicos una idea de la velocidad a la que está respirando. Además, se puede utilizar la medición de ciertos gases, particularmente oxígeno y dióxido de carbono. Esto se debe a que el oxígeno se consume durante este proceso y el dióxido de carbono se produce como un producto de desecho. Los diferentes niveles de oxígeno y dióxido de carbono pueden indicar si una célula ha pasado por la respiración recientemente o no.