El biogás se produce por descomposición de materia orgánica, como aguas residuales, subproductos animales y residuos sólidos de la agricultura y otras industrias. Las fuentes principales de biogás son los vertederos, las operaciones ganaderas y las plantas de tratamiento de aguas residuales.
El principal componente útil del biogás es el metano, que se produce durante la digestión de la materia orgánica en ausencia de oxígeno, junto con el dióxido de carbono y gases traza, como el hidrógeno. Una vez que se limpia, se puede usar en la producción de electricidad o para impulsar vehículos. La producción de biogás en los vertederos se realiza en forma subterránea, y el relleno debe tener al menos 40 pies de profundidad para mantenerlo. Solo es práctico recolectar biogás de rellenos sanitarios que contengan al menos un millón de toneladas de residuos. El biogás producido en los vertederos se utiliza principalmente para la generación de electricidad.
Las operaciones ganaderas, a diferencia de los vertederos, requieren contenedores de digestores especiales para producir biogás. En su mayoría utilizan estiércol animal. El biogás que producen se utiliza a menudo para vehículos. Existe una capacidad mucho mayor para producir biogás en las operaciones ganaderas que la que se usa actualmente. Las aguas residuales deben tratarse de manera similar para producir biogás, pero también se subutilizan. A partir de 2014, solo unas 1,500 plantas de tratamiento de aguas residuales producen electricidad, de un total de más de 16,000.
