La reacción entre átomos del mismo elemento o entre átomos de diferentes elementos conduce a la formación de compuestos. Los compuestos se clasifican como moleculares o iónicos según su modo de formación.
Cuando los átomos forman iones al aceptar o al dar electrones, forman iones positivos y negativos. Estos iones se juntan y forman enlaces iónicos que conducen a la formación de compuestos iónicos.
La formación de una molécula de cloruro de sodio es un ejemplo de un compuesto formado por un enlace iónico.
El número atómico del sodio es 11. Su configuración electrónica es 2, 8, 1, por lo que tiene un electrón en su capa más externa. El número atómico del cloro es 17. Su configuración electrónica es 2, 8, 7, por lo que necesita un electrón para completar la última capa con ocho electrones para darle estabilidad. El átomo de cloro acepta un electrón del átomo de sodio, lo que lleva a la formación de iones Na + y Cl-. El ion sodio cargado positivamente y el ion cloruro cargado negativamente forman un enlace iónico debido a la fuerza electrostática de atracción que resulta en la formación de una molécula de cloruro sódico.
Cuando los átomos reaccionan y comparten pares de electrones, forman enlaces covalentes creando así compuestos covalentes o moleculares. Una molécula de oxígeno se forma cuando dos átomos de oxígeno comparten dos pares de electrones, produciendo un doble enlace covalente. Un triple enlace covalente se forma entre dos átomos de nitrógeno, creando una molécula de nitrógeno.
