El eje de un hueso largo se conoce como diáfisis. Según la Universidad de Virginia, los huesos que incluyen la tibia, el fémur y el húmero consisten en un eje central largo con extremos redondeados conocido como epífisis.
Los huesos que forman el sistema esquelético son necesarios para proporcionarle al cuerpo forma y apoyo, así como protección para ciertos órganos internos. Los huesos largos se componen de varias secciones que incluyen la metáfisis, el área del hueso entre la diáfisis y la epífisis, así como las placas de cartílago, conocidas como placas epifisarias. Estas placas se osifican al final de la pubertad y limitan un mayor crecimiento.