En la década de 1700, las personas se comunicaban principalmente escribiendo cartas; sin embargo, enviar cartas fue un proceso lento y poco confiable. Los remitentes tenían pocas maneras de saber si sus mensajes se habían recibido alguna vez, a menos que recibieran una carta a cambio.
Las cartas, antes del sistema postal, normalmente se enviaban con amigos, sirvientes, conocidos, esclavos o viajeros. Enviar una carta a 100 millas de distancia demoraba hasta dos semanas. Muchas veces, se enviaron varias cartas con varios proveedores para aumentar la posibilidad de que al menos una copia llegara a su destino final.
Benjamin Franklin fue nombrado Director de Correos de Filadelfia en 1737 y Director de Correos de los Estados Unidos en 1775. Trabajó para ayudar a organizar y producir un sistema postal que funcionara, con oficinas centradas en las principales intersecciones con grandes cantidades de tráfico. A los remitentes se les cobró una tarifa postal según el peso del paquete.
Con el sistema postal mejorando enormemente, otras cosas, como la publicación y distribución de periódicos, crecieron enormemente. Los periódicos se convirtieron en un espacio público, publicando algo más que noticias y eventos. Ficción, extractos de almanaque, recetas y catálogos fueron publicados dentro de los periódicos. Se produjeron folletos en gran número para compartir información sobre la esclavitud, la política, la ciencia, la educación y una amplia variedad de otros temas.