En una economía de mercado, los recursos se distribuyen según las interacciones rentables entre productores y consumidores. Estas interacciones obedecen a la ley fundamental en economía, que es la ley de la oferta y la demanda.
Una economía de mercado funciona sin la interferencia del gobierno. Los productores son libres de fabricar la cantidad de bienes demandados por los consumidores. Si la demanda de un producto o servicio en particular aumenta, los proveedores pueden aumentar sus precios para generar ganancias. Sin embargo, debido al aumento de los precios, el poder de compra de algunos compradores disminuye, lo que les obliga a vender sus productos a un precio más asequible. Esta dinámica entre productores y consumidores hace prosperar una economía de mercado.