Los búhos tienen muchas adaptaciones que les permiten sobrevivir en sus hábitats elegidos. Como cazadores nocturnos, están particularmente bien adaptados a la oscuridad y los ambientes tranquilos para que puedan encontrar y capturar presas. Estas adaptaciones son principalmente físicas, pero también hay factores de comportamiento.
Una adaptación crucial del búho que le permite ser un cazador muy exitoso es su capacidad de volar en silencio. La forma de las plumas de las alas de un búho es ligeramente flecos, que amortigua el sonido del aire que pasa alrededor de las alas. Esto permite que los búhos se acerquen sigilosamente a sus presas. Los búhos también están bien aislados por sus plumas, lo que les permite sentarse y esperar a la presa sin moverse durante largos períodos de tiempo.
El búho también está equipado con una excelente audición. Esto es crucial, porque el búho es un cazador nocturno. Ser capaz de escuchar muy bien le da a los búhos una ventaja en la noche y en condiciones muy oscuras. La vista de los búhos también es excelente, ya que tienen una gran cantidad de células especiales llamadas varillas que son extremadamente sensibles a la poca luz. Esto les ayuda a ver sus presas a distancia en condiciones de luz mínima.
El cuello del búho es extremadamente flexible; Tiene la capacidad de girar su cuello casi todo el tiempo. Esta adaptación única permite que los búhos localicen los sonidos con precisión desde una gran distancia, lo que, sumado a su excelente vista y audición aguda, le da a la lechuza la ventaja incluso en su presa más astuta.