¿Cómo saber si tiene una infección de Serratia?

Las bacterias Serratia a menudo están presentes en los cuerpos de personas sanas, sin causar ningún síntoma o problema, informa el Manual Merck. Serratia puede causar infecciones del tracto urinario o del tracto respiratorio en personas que tienen resistencia reducida, están en el hospital o usan dispositivos como catéteres o tubos de vías respiratorias. Los cultivos del tejido afectado por la infección son necesarios para confirmar la infección por Serratia.

Las bacterias Serratia tienen vínculos estrechos con las bacterias Klebsiella y Enterobacter, señala el Manual Merck. Los médicos tratan las tres bacterias con los mismos tipos de antibióticos, pero tienden a causar diferentes tipos de infecciones. Las bacterias Serratia tienen más probabilidades de infectar el tracto urinario, pero también pueden afectar el tracto respiratorio y los sitios de incisión quirúrgica.

Muchas cepas de la bacteria Serratia tienen un color rojo distintivo, y los científicos alguna vez creyeron que la bacteria no era patógena, según las Revisiones de Microbiología Clínica De este modo, Serratia fue instrumental en la investigación médica y en la investigación militar destinada a estudiar los posibles efectos de los ataques bioterroristas. Desde entonces, los médicos e investigadores han aprendido que Serratia puede causar muchas enfermedades, como infecciones del tracto urinario, meningitis, endocarditis, neumonía e infecciones de heridas. Algunas cepas de Serratia resistentes a los antibióticos existen a partir de 2015. Estas cepas se propagan con mayor frecuencia en los hospitales y son particularmente difíciles de tratar.

Cuando un médico sospecha una infección por Serratia, puede confirmar la infección con cultivos, explica el Manual de Merck. Dependiendo de la ubicación de la infección, el médico puede tomar muestras de esputo, secreciones pulmonares, orina, sangre o tejido. Él tiñe las culturas y las examina bajo un microscopio. Las muestras también pueden someterse a pruebas de susceptibilidad a determinados antibióticos, por lo que el médico puede prescribir un tratamiento eficaz.