La elegibilidad de una persona para un trasplante de pulmón depende de factores como la expectativa de vida sin el procedimiento, afirma WebMD. Los trasplantes se reservan para pacientes con enfermedad pulmonar grave en etapa terminal, como enfermedad pulmonar obstructiva crónica o condiciones debilitantes que interfieren con la calidad de vida, como la fibrosis quística. Sin embargo, los médicos pueden descartar un trasplante para pacientes con problemas de salud, inconvenientes psicológicos o falta de apoyo familiar o financiero para la rehabilitación, informa el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre.
Incluso cuando un paciente necesita un trasplante de pulmón, es posible que un médico no apruebe el procedimiento si el paciente tiene un historial de infecciones graves, cáncer o enfermedad cardíaca, renal o hepática, según WebMD. Un historial de abuso de drogas, alcohol o tabaco puede ser un factor descalificador, y los médicos también se muestran reacios a considerar a las personas mayores de 60 años para la candidatura. Los equipos de trasplante utilizan una Puntuación de asignación de pulmón para determinar la clasificación de un candidato en la lista de donantes, y un factor importante es la expectativa de vida estimada de un paciente después de la cirugía de trasplante.
Los candidatos para trasplante de pulmón se remiten a un equipo de trasplante que realiza varias etapas de evaluación antes de aprobar finalmente al paciente para la lista de donantes, según el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre. El equipo generalmente incluye un coordinador que supervisa todo el proceso junto con varios especialistas, como un neumólogo, un cirujano torácico, un inmunólogo y un cardiólogo. Los pacientes también pueden trabajar con trabajadores sociales, coordinadores financieros y nutricionistas para asegurarse de que estén preparados mental, física y financieramente para someterse a una cirugía.