La aerodinámica reduce la resistencia del aire al proporcionar una superficie lisa sobre la cual el aire fluye de manera fácil y uniforme. Sin la aerodinámica, los remolinos formados en los bordes posteriores de los objetos crean áreas turbulentas de baja presión y aumentan la resistencia del aire también conocido como arrastrar.
La simplificación permite que los objetos se muevan de manera más eficiente a través del aire al separar el aire que hay delante de ellos y permitir que se recombinen a medida que pasan los objetos, de acuerdo con Science Learning Hub. La forma típica de la lágrima es un ejemplo de racionalización en la que se permite que el aire se vuelva a unir suavemente en la estela del objeto. La forma de lágrima mantiene el flujo de aire cerca de la superficie en todo momento, dando como resultado una recombinación suave del aire desplazado. Otras formas, como los círculos, fuerzan el aire que se aproxima hacia arriba a medida que se mueve hacia el borde posterior. Esto no solo crea remolinos, sino que también interrumpe el flujo de aire sobre la superficie, lo que aumenta aún más la resistencia aerodinámica.
La racionalización es muy evidente en el deporte del ciclismo y en el diseño de aviones y automóviles modernos. Las formas aerodinámicas de aviones y vehículos aprovechan la baja resistencia del aire para reducir el consumo de combustible. De la misma manera, un ciclista con un casco en forma de lágrima se agacha para permitir que el aire se deslice sobre él sin problemas y se recombine, aumentando su velocidad.