La plata real se identifica por su sonido, su falta de cualidades magnéticas y su capacidad para conducir el calor. Por ejemplo, cuando se unen, dos monedas de plata emiten un tono alto y claro. El anillo de campana continúa por un segundo o dos.
La plata no se siente atraída por los imanes, por lo que una pequeña pieza del metal no se mueve por un imán más grande. De manera similar, un imán pequeño no se adhiere a un objeto plateado más grande. Finalmente, la plata parece hacer que el hielo se derrita a un ritmo más rápido de lo que normalmente hace cuando sale del congelador. El metal es un buen conductor del calor, por lo que el proceso de fusión se acelera cuando se coloca un cubito de hielo sobre una pieza de plata.