El medio ambiente se puede proteger con varias acciones simples, como reducir el uso de la electricidad, evitar la basura, reciclar los plásticos usados, comprar alimentos cultivados localmente y comprar bienes de consumo producidos a través de prácticas ecológicas. formas en que los individuos pueden colaborar para ayudar a reducir la huella de carbono global: estas prácticas pueden parecer triviales, pero se suman para producir mejoras notables en el agregado. En el hogar, las personas pueden ahorrar energía, agua y dinero al mantener las luces apagadas cuando no están en uso; cuando están fuera, pueden comprar productos hechos por compañías que implementan prácticas amigables con el medio ambiente para fabricar sus productos.
En casa, realizar acciones simples como apagar las luces después de salir de una habitación o apagar el televisor cuando no está en uso puede ahorrar enormes cantidades de electricidad. En verano, las personas también pueden reducir el uso de electricidad al mantener cerradas las puertas del refrigerador y abrir persianas y cortinas antes de salir por la mañana: esto crea sombra, lo que enfría instantáneamente el interior de la casa y reduce la necesidad de exceso de aire acondicionado. Cuando salen de compras, los consumidores pueden comprar bienes producidos localmente. Esto reduce la necesidad de envíos transcontinentales y transnacionales de productos, carnes y productos almacenados, lo que reduce significativamente las emisiones de carbono y los contaminantes del aire. Por último, los consumidores pueden evitar los productos fabricados con madera y los materiales extraídos de bosques tropicales y hábitats vulnerables.