Los meteorólogos rastrean y predicen las condiciones climáticas utilizando equipos de análisis computarizados de última generación que les proporcionan información actual sobre las condiciones atmosféricas, las corrientes de viento, las temperaturas, las precipitaciones y más. La información recopilada es Se utiliza para crear diferentes escenarios o modelos posibles. Estos se utilizan como base para la mayoría de las predicciones meteorológicas.
Para calificar como una tormenta de nieve, una tormenta de invierno debe tener poca visibilidad, ráfagas de viento excesivas de más de 35 mph, temperaturas inferiores a 20 grados y una duración de al menos tres horas. Dado que muchas tormentas invernales severas cumplen con algunos de estos criterios, pero no con todos, es posible tener condiciones similares a las de una ventisca, incluso en ausencia de una ventisca real.
Hay una tasa de error aproximada del 15 por ciento en las predicciones meteorológicas de los meteorólogos, según el Servicio Meteorológico Nacional. Esto significa que las previsiones meteorológicas son precisas en más del 85 por ciento del tiempo. Sin embargo, las predicciones meteorológicas son menos confiables cuando se hacen días y semanas antes que cuando se hacen justo antes de que se espere que cambien las condiciones climáticas. Por ejemplo, muchas tormentas de invierno son degradadas o mejoradas a medida que se acerca el día de la llegada de la tormenta. Esto se debe a que las condiciones climáticas están cambiando constantemente de manera impredecible.