Los seres humanos modifican su entorno de manera positiva, neutral y negativa para obtener lo que desean para la vida diaria, tanto para las necesidades como para la prosperidad. Por ejemplo, las personas hacen cambios en la tierra para que los cultivos crezcan mejor, construyan edificios y otras estructuras en la tierra, utilicen semillas resistentes a las enfermedades y utilicen bombas para obtener agua de pozos.
Aunque los humanos pueden beneficiarse de hacer tales modificaciones al ambiente, el ambiente físico puede sufrir cuando estas modificaciones destruyen la tierra o el hábitat que otros animales y plantas necesitan para sobrevivir. Hacer que las calles sean más anchas, por ejemplo, requiere el pavimento del terreno que puede tener hierba, mientras que el uso de fertilizantes para plantas puede tener efectos negativos en la salud del medio ambiente. La construcción de un nuevo centro comercial puede cambiar las formas de relieve, el ecosistema y la cobertura del suelo en un área.