¿Cómo diagnostica un doctor la EM?

Un médico toma el historial de un paciente para buscar síntomas pasados ​​o presentes de la enfermedad, afirma la Sociedad Nacional de Esclerosis Múltiple. También recopila una historia familiar e información sobre lugares recientemente viajados y exposiciones ambientales.

El médico toma la información y realiza una variedad de pruebas para reunir evidencia suficiente para cumplir con los criterios de diagnóstico actuales, explica la Sociedad Nacional de Esclerosis Múltiple. Una de las pruebas que un médico puede realizar es una tomografía de coherencia óptica o OCT. Esta prueba se usa para examinar la parte posterior de la retina para ver el estado del nervio retiniano. Ver su estado puede dar a los médicos una idea de si una persona tiene EM, ya que el nervio retiniano es un objetivo común de la enfermedad.

Un médico también podría realizar una resonancia magnética para buscar un área dañada por síntomas que se parecen a los causados ​​por la EM, según la National Multiple Sclerosis Society. Otro procedimiento de diagnóstico común es una punción lumbar, que se utiliza para examinar el líquido cefalorraquídeo del paciente, señala WebMD. Si el médico encuentra daños en dos partes del sistema nervioso central del paciente en dos puntos separados en el tiempo y descarta todas las demás enfermedades, se confirma el diagnóstico de EM.

La esclerosis múltiple es una afección que afecta el cerebro y la columna vertebral, señala WebMD. Es probable que las personas con esta afección experimenten sus síntomas entre los 20 y los 40 años de edad. Las personas afectadas por la afección pueden desarrollar visión borrosa y movimientos oculares incontrolables. Se puede desarrollar una sensación de ardor o dolor en la cara o las piernas.

La afección puede afectar la vejiga al causar estreñimiento o una necesidad frecuente de orinar. La EM hace que el paciente experimente espasmos musculares y deterioro del equilibrio. Otros síntomas que se pueden observar incluyen debilidad en un brazo o ambos, coordinación alterada, malestar en los ojos, disminución de la capacidad de atención, complicaciones sexuales y dificultad para hablar.