El horno promedio dura de 15 a 20 años. Esta vida útil es típica de un horno con un intercambiador de calor de acero inoxidable o de aluminio. En contraste, los hornos viejos con intercambiadores de calor de metales pesados duran de 30 a 40 años, pero son menos eficientes que los modelos más nuevos, lo que lleva a muchos propietarios a reemplazarlos, incluso si todavía funcionan.
Una vez que un horno alcanza los 15 a 20 años, su propietario debe comenzar a comprar uno nuevo. Comprar temprano le permite a un propietario investigar el mercado y encontrar sin prisa el mejor modelo para sus necesidades. En contraste, si el propietario espera a que se apague el horno, se les obliga a comprar rápidamente.
El aumento de las facturas de energía suele ser una señal de que el horno está llegando al final de su vida útil. A medida que los hornos envejecen, funcionan menos eficientemente. El mantenimiento adecuado es una forma de mantenerlos funcionando eficientemente durante más tiempo.
A medida que los hornos envejecen, tienden a necesitar muchas mejoras. Los propietarios de viviendas pueden encontrarse gastando cientos de dólares un año solo para repetir el patrón el año siguiente. Si un horno se descompone anualmente, generalmente indica que debe ser reemplazado. A medida que el horno envejece, también toma más tiempo obtener piezas de repuesto porque el técnico de reparación generalmente tiene que pedirlas.