El granito se transforma en arenisca mediante el desgaste y la erosión. A través del tiempo, los fragmentos de granito se descomponen en trozos más pequeños, o sedimentos, que se transportan y depositan en el fondo Océanos o ríos. Estas partículas forman capas de arena y piedras que se someten a compactación y cementación para crear arenisca.
Las rocas son las características físicas más prevalentes en la Tierra. Se clasifican principalmente en tres tipos: ígneas, metamórficas y sedimentarias. Las rocas están compuestas por diferentes tipos de minerales que se endurecen y forman estructuras cristalinas. Tres ejemplos de rocas que tienen la misma composición primaria, pero que varían en clasificación y apariencia son gneis, granito y arenisca. Gneis es una roca metamórfica, el granito es una roca ígnea y la arenisca es una roca sedimentaria. Estas rocas consisten principalmente en cuarzo, feldespato y mica.
Todas las rocas se someten a una serie de procesos denominados ciclo de rocas, donde un tipo de roca cambia a otro. Los constituyentes minerales que crean estas rocas se reciclan con el tiempo.
El granito que se encuentra en la superficie del planeta está sujeto a diferentes agentes de intemperie. El viento, el agua y el hielo pueden causar la descomposición del granito en pequeñas partículas conocidas como sedimentos. Los sedimentos de granito luego son transportados por los mismos agentes a otros lugares, generalmente el fondo de cuerpos de agua. Los sedimentos se estratifican, condensan y son cementados por otro mineral, que normalmente es calcita.
