Algunos ejemplos de fuerzas destructivas incluyen la erosión por el agua o el viento, la actividad volcánica, los terremotos, el impacto de los glaciares e incluso la degradación del medio ambiente por parte de los animales. Deposición de sedimentos y suelos, así como la lava volcánica Los flujos, son ejemplos de fuerzas constructivas.
Una fuerza constructiva aumenta la diversidad geológica al crear nuevas montañas y formaciones de tierra en la corteza terrestre. Las fuerzas destructivas desgastan las características geológicas.
Las islas de Hawai fueron forjadas por fuerzas constructivas de volcanes submarinos que depositaron suficiente lava para formar nuevas tierras. Los atolones eran islas creadas por la deposición de esqueletos de coral. El agua puede ser una fuerza constructiva a medida que inunda las llanuras, causando pequeños arroyos que crean caminos con curvas llamados meandros. La deposición de cieno en un río puede formar un delta. Los animales que viajan en manadas, como los ciervos, dejan caminos en el bosque; esto se considera una fuerza constructiva porque estas rutas pueden ser utilizadas por otros.
Las rocas en grandes arroyos y ríos son alisadas por la fuerza destructiva del agua por la erosión. Los estanques se forman cuando la erosión del agua crea un camino más directo para un río, dejando un depósito de agua remanente.
El desgaste de las estatuas y edificios es causado por la erosión eólica. El agua que se filtra en las grietas en el asfalto y luego se congela en el invierno causando grandes baches en la carretera, ilustra la fuerza destructiva del hielo.