Alexander Graham Bell creó el teléfono a través de muchos años de experimentación con ondas de sonido. Bell obtuvo la idea del phonautograph que había inventado antes de dibujar ondas de sonido, y esto lo inspiró a pensar que podría ser posible generar una corriente eléctrica que correspondiera a las ondas de sonido. Bell pensó que si podía hacer que la corriente eléctrica imitara las ondas de sonido, sería capaz de proyectar voces de la misma manera que los telégrafos transmitían el código Morse a través de cables.
Las primeras etapas del teléfono comenzaron como telegrafía acústica que operaba con lengüetas para imitar los sonidos, si no las palabras de habla. En este momento, Bell estaba trabajando con el diseñador eléctrico Thomas Watson, lo que le permitió comenzar a diseñar algunas de sus ideas. Los dos hombres trabajaron en la telegrafía acústica usando las cañas, e hicieron un descubrimiento cuando Watson accidentalmente tomó una de las cañas. El sonido que se transmitió claramente a Bell le mostró que solo necesitaba una lengüeta o elemento que pudiera vibrar correctamente para realizar el sonido.
La idea del teléfono fue patentada por Bell en 1876. Para 1886, 150,000 personas tenían teléfonos en sus hogares y la compañía telefónica Bell se había establecido. Las ideas de Bell y la inspiración para el teléfono provinieron de su trabajo con sordos y trataron de ayudarlos a entender el sonido cuando no pudieron escucharlo.