Retener la respiración después de respirar hace que la frecuencia cardíaca disminuya ligeramente ya que estimula el sistema nervioso parasimpático, explica Ricky Cheng para CurioCity. Sin respirar, contener la respiración tiene muy poco efecto tu ritmo cardiaco.
El corazón humano es desencadenado por el sistema nervioso parasimpático. Este sistema mantiene a un corazón humano sano latiendo a un ritmo constante de 75 latidos por minuto en promedio. Cuando inhala oxígeno y luego aguanta la respiración, estimula aún más el sistema nervioso parasimpático, lo que hace que la frecuencia cardíaca disminuya. Este proceso se conoce como bradicardia, señala Cheng.
Cuando continúas conteniendo la respiración, los órganos se expanden con aire y la succión negativa causa presión en el tórax. Este proceso frena el flujo de sangre que llega al corazón. El corazón tarda más en llenarse de sangre, lo que a su vez disminuye la frecuencia cardíaca. Las personas que intentan contener la respiración durante períodos de tiempo extremadamente prolongados, como el intento de David Blaine por alcanzar el récord mundial, utilizan esta técnica de inhalación para disminuir su ritmo cardíaco, ya que un corazón que late más lentamente necesita menos oxígeno, según Cheng. Esto significa que puedes aguantar la respiración por más tiempo.