El Colegio Universal de Aprendizaje define la acción refleja como una reacción automática o involuntaria rápida a una situación o estímulo específico. Las acciones reflejas autonómicas involucran el sistema nervioso autónomo, el músculo cardíaco, el músculo liso y glándulas, mientras que las acciones reflejas somáticas involucran el sistema nervioso somático y los músculos esqueléticos. Los impulsos que producen una acción refleja se transmiten dentro de un circuito nervioso llamado arco reflejo.
MedicaLook explica que las acciones reflejas comienzan con la recepción sensorial seguida por la transmisión sensorial a lo largo de las neuronas sensoriales al sistema nervioso central. El estímulo sensorial luego se analiza o se integra dentro del sistema nervioso central, causando la transmisión motora a los órganos efectores para una respuesta refleja. La mayoría de los reflejos simples se analizan e interpretan dentro de la médula espinal sin la participación del cerebro. Una acción refleja es tan rápida que el cerebro recibe un mensaje sobre el estímulo después de que ya se haya producido la respuesta. La velocidad de la reacción refleja varía de un individuo a otro, y algunas personas muestran reflejos más rápidos que otros. La velocidad de respuesta de la acción refleja disminuye con la edad. Las acciones reflejas son importantes porque protegen al cuerpo de cualquier daño. El reflejo de la sacudida de la rodilla es un ejemplo común de una acción refleja, que se produce cuando se toca el ligamento pattelar.