Los grandes cuerpos de agua tardan más en calentarse o enfriarse que las tierras, por lo que las regiones costeras generalmente observan temperaturas más bajas durante el verano y temperaturas más cálidas durante el invierno que las áreas que están más al interior. Cuando hace calor el aire de las zonas interiores se encuentra con el aire fresco del mar, la humedad y las gotas de agua forman niebla, que es mucho menos común más lejos del mar.
La distancia desde el mar es un factor en el clima general debido a las corrientes oceánicas, que son causadas por los vientos que soplan sobre la superficie del océano. La superficie del agua es impulsada por estos vientos y la presión comienza a acumularse, creando perturbaciones en el agua que inician las corrientes. Estas corrientes transfieren calor desde el ecuador a las regiones más frías del norte y sur del planeta. Las corrientes oceánicas no solo se desplazan desde el norte y el sur, sino también desde el este y el oeste, transportando agua caliente y fría durante miles de millas y llegando a todos los continentes. Esto enfría o calienta el aire de la región, lo que también afecta indirectamente el clima terrestre. Los meteorólogos rastrean las corrientes oceánicas en un esfuerzo por anticipar patrones climáticos futuros y determinar cualquier posible cambio climático.