Los lagos, océanos, estanques, arroyos y otras grandes masas de agua crean climas suaves y templados al enfriar el aire circundante en el verano y retener el aire caliente durante el invierno. En general, grandes cuerpos de agua Producen los efectos más dramáticos sobre el clima circundante. El agua tarda más en calentarse y enfriarse que las superficies terrestres; este retraso hace que el agua retenga el calor durante el invierno y permanezca a una temperatura más baja en el verano.
Además del tamaño, la cantidad y el tipo de cuerpos de agua en un área determinada afectan el clima. Otros factores, como las corrientes de viento y la proximidad al agua, también afectan las condiciones. La latitud juega un papel más pequeño en el control del clima, ya que dos lugares con la misma latitud pueden diferir en los climas según la presencia o ausencia de agua. El sur de Ontario, por ejemplo, recibe más precipitaciones, pero un cambio anual más pequeño en la temperatura debido a la presencia de los Grandes Lagos. La región circundante experimenta inviernos suaves y veranos. En contraste, otras regiones de Canadá en la misma latitud, como las llanuras interiores planas, experimentan cambios de temperatura más pronunciados durante los meses de invierno y verano. Sin embargo, a pesar de tener inviernos más fríos y veranos más calurosos, esta área recibe menos precipitaciones. Los cuerpos de agua también producen más tormentas, que toman la forma de tormentas de nieve durante el invierno y tormentas eléctricas durante el verano.