La ansiedad afecta negativamente el rendimiento deportivo, profesional, académico y sexual. Puede causar miedo y crear una incapacidad para concentrarse en la actividad en cuestión. También tiene consecuencias fisiológicas, como dificultad para respirar, sudoración, un corazón acelerado, temblores y mareos.
La ansiedad es una sensación abrumadora de miedo causada por una amenaza percibida y dudas en la capacidad de uno para enfrentar la amenaza. La ansiedad puede retrasar u obstaculizar el rendimiento porque la persona ansiosa se preocupa más de lo necesario por el resultado. Esto hace que la persona ansiosa se distraiga con estímulos externos que restan valor a la tarea inmediata.
En un estudio realizado por el Consejo de Investigación Económica y Social, los estudiantes ansiosos tardaron más en leer una historia con errores que los estudiantes que no estaban ansiosos, particularmente cuando pensaban que iban a ser evaluados en su desempeño. De manera similar, el desempeño sexual se ve impedido por la preocupación de que uno no podrá desempeñarse sexualmente, creando un ciclo negativo que conduce a una ansiedad más profunda.
Una persona con ansiedad puede mejorar el rendimiento al usar ejercicios de respiración profunda, escribir sobre sus preocupaciones y buscar ayuda externa. Otra forma de reducir la ansiedad es acostumbrarse a prepararse más completamente para las tareas difíciles, lo que aumenta la confianza.