Las posibles causas de un alto nivel de hematocrito incluyen deshidratación, fumar, vivir a grandes alturas, enfermedades pulmonares, enfermedades cardíacas congénitas, policitemia vera o un tumor productor de eritropoyetina en el riñón. La deshidratación es la causa más común, y cuando hay suficiente ingesta de líquidos, el hematocrito vuelve a los niveles normales.
Las enfermedades cardíacas y pulmonares, así como las condiciones de vida a gran altitud, pueden ser causas de insuficiencia de oxígeno, y el cuerpo trata de compensar produciendo más glóbulos rojos. Esto resulta en un aumento en el nivel de hematocrito. Los defectos genéticos que causan la detección alterada de oxígeno o la liberación anormal de oxígeno de la hemoglobina en los glóbulos rojos también pueden causar niveles altos de hematocrito.
Los niveles bajos de hematocrito también pueden ser un signo de enfermedad. El nivel de hematocrito se evalúa como parte de la prueba de hemograma completo para detectar y diagnosticar la anemia. Los síntomas de la anemia incluyen debilidad, falta de energía, desmayos y palidez. Otras causas de un nivel bajo de hematocrito incluyen talasemia, hemorragia, enfermedad renal crónica, trastornos de la médula ósea, enfermedad inflamatoria crónica y deficiencias nutricionales, como deficiencia de hierro, folato o vitamina B-12. El embarazo también puede disminuir los niveles de hematocrito debido a la presencia de líquido extra en la sangre. Una reciente transfusión de sangre puede afectar los resultados de las pruebas de sangre del hematocrito.