El virus de Epstein-Barr que causa la mononucleosis afecta los nervios al causar dolor agudo y daño a los nervios sensoriales, según el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares. El virus de Epstein-Barr también puede causar Neuropatía periférica que daña la comunicación entre el cerebro y la médula espinal.
Las personas con neuropatía periférica experimentan síntomas como debilidad muscular, sensación de pinchazo y entumecimiento u hormigueo, explica el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares. El cuerpo puede volverse anormalmente sensible al tacto. Los casos graves de neuropatía periférica producen síntomas como disfunción de las glándulas u órganos, desgaste muscular, dolor ardiente y parálisis. Los nervios que se dañan como resultado del virus de Epstein-Barr hacen que los pacientes desarrollen síntomas que afectan la micción, la sudoración, la digestión y la función sexual.
Las personas con el virus de Epstein-Barr a menudo portan el virus que no produce síntomas, afirma WebMD. Los síntomas pueden tardar de cuatro a seis semanas en desarrollarse e incluyen fatiga, falta de apetito, fiebre, sarpullido y dolor de garganta. Algunos pacientes desarrollan glándulas inflamadas en el cuello y músculos doloridos o débiles. El virus de Epstein-Barr puede progresar hacia problemas con el sistema nervioso, diarrea e infecciones de oído en niños, síndrome de Guillain-Barré y ciertos cánceres de garganta y nariz.