El viento, o el movimiento del aire, es parte integral de todos los tipos de condiciones climáticas. La presión del aire, causada principalmente por el calentamiento diferencial del aire por el sol y las condiciones del suelo, controla la forma en que el aire fluye Según la Corporación Universitaria de Investigaciones Atmosféricas. La alta presión hace que el viento sople lentamente hacia abajo y hacia afuera, lo que evita la formación de nubes; la baja presión hace que el aire suba, lo que provoca el enfriamiento y la formación de nubes.
El viento, o la falta de él, es parte integral de todo tipo de fenómenos meteorológicos. Además de ser la razón por la cual las nubes se forman en primer lugar, el viento mueve las nubes y la precipitación de un lugar a otro. El viento también es un factor en el clima en sí mismo, y los días de viento son una consideración importante para el pronóstico del tiempo. Algunas de las condiciones climáticas más severas, como tornados y huracanes, son extremas, en parte, debido a sus vientos intensos y destructivos.
La presión del aire que causa y evita la formación de nubes es una medida relativa, no absoluta. El aire siempre fluye desde áreas de mayor presión hacia áreas de menor presión, independientemente de la presión absoluta en esas áreas. La diferencia entre la presión del aire en las dos áreas es el principal determinante de la velocidad a la que fluye el aire, con un movimiento más rápido que causa vientos más fuertes.