Aunque el ejercicio no tiene efecto sobre la capacidad pulmonar, el ejercicio beneficia la eficiencia cardiorrespiratoria del cuerpo, según Scientific American. Durante el ejercicio, el corazón bombea más fuerte y más rápido, trabajando con los pulmones para suministrar sangre oxigenada a los músculos. La frecuencia respiratoria y la profundidad aumentan a medida que los pulmones trabajan para proporcionar más oxígeno a la sangre que bombea. Los cuerpos de los deportistas crecen mejor al cargar, transportar y usar oxígeno.
Además de suministrar oxígeno, el pulmón también extrae dióxido de carbono, explica Scientific American. Este proceso de intercambio de gases también es más eficiente en los deportistas. La mayoría de los beneficios para la salud relacionados con el ejercicio van al corazón y al sistema cardiovascular, al reducir el colesterol, la presión arterial y la acumulación de placa dañina que puede provocar ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. La salud general y la fuerza del cuerpo también mejoran a medida que se mantiene o aumenta la masa muscular y se pierde grasa.
Incluso las personas con enfermedades pulmonares crónicas como el asma y el enfisema pueden beneficiarse del ejercicio y mejorar la capacidad del cuerpo para usar el oxígeno disponible de manera más eficiente, de acuerdo con Health Central. Las personas con problemas de salud crónicos, incluida la enfermedad pulmonar, deben trabajar con una profesión de la salud para desarrollar un plan de ejercicios seguro y efectivo. Health Central recomienda la natación y el yoga para quienes padecen asma, y para aquellos que disfrutan correr, Health Central aconseja encontrar lugares para correr en lugares cerrados lejos de los contaminantes del aire o el aire frío del invierno.