El liderazgo de Abraham Lincoln durante la Guerra Civil aseguró la supervivencia de un Estados Unidos unificado que es más fuerte de lo que hubieran sido dos naciones vecinas e independientes. Lincoln también cambió la forma en que el público percibía el conflicto, presentándolo como una batalla por la libertad humana y la igualdad. Sus acciones fueron instrumentales para poner fin a la esclavitud y poner al país en el camino hacia una nueva era de relaciones raciales.
History.com describe a Lincoln como un comandante en jefe experto, a pesar del hecho de que tenía una experiencia militar personal limitada. A través de la perspicaz política de la guerra de Lincoln, el Norte pudo derrotar a la Confederación y el país permaneció unificado. Si la Unión hubiera perdido la guerra, dos naciones habrían existido en lo que hoy es los Estados Unidos de América. Esto podría haber sido causa de más guerra y derramamiento de sangre entre las dos naciones. Además, los dos países no habrían disfrutado de la misma prosperidad económica que permitió a Estados Unidos unificado cambiar las tablas de la Segunda Guerra Mundial contra las potencias del Eje.
Lincoln también convirtió la Guerra Civil en una lucha por los derechos humanos universales. En el discurso de Gettysburg, habló de los Estados Unidos experimentando un nuevo nacimiento de la libertad. Lincoln ayudó a la gente a ver que la corriente de la historia se había vuelto contra la esclavitud y que era hora de una nueva política con respecto a la raza. En la búsqueda de esta causa, Lincoln ayudó a aprobar las enmiendas 13, 14 y 15, que prohibían la esclavitud, otorgaban la ciudadanía a los esclavos liberados y establecían su derecho de voto.