Como regla general, los armadillos no son buenas mascotas. Este es el caso por muchas razones, incluidas algunas serias. Es ilegal poseer un armadillo en muchos estados, aunque pueden mantenerse con un permiso. Lo más preocupante es que un informe del New York Times afirma que es posible que los armadillos transmitan la lepra a las personas.
Los armadillos son animales salvajes y no tienen antecedentes de ser domesticados como mascotas. No son animales de manada o manada, por lo que no es posible que un propietario humano ocupe un lugar en su estructura social normal. Desconfían de las personas y pueden comportarse de manera agresiva hacia sus propietarios.
Estas criaturas nocturnas pueden interrumpir el sueño ya que están naturalmente acostumbradas a cavar y buscar comida por la noche. Necesitan lugares para excavar y pueden ser muy perjudiciales para sus compañeros humanos. Su olor a almizcle es fuerte y puede ser ofensivo, especialmente si se mantienen dentro de la casa.
Los armadillos que se mantienen al aire libre pueden excavar a través de jardines y macizos de flores. Debido a que viven silvestres en hábitats templados y cálidos, no se adaptan bien a un clima más frío y pueden morir como resultado de ello. Además, pueden sufrir problemas relacionados con el estrés si se mantienen en el interior o en un hábitat inadecuado.