Los lunares rojos son potencialmente peligrosos. Según el Instituto Nacional del Cáncer, los lunares con coloración roja son uno de los signos del melanoma o cáncer de piel. La coloración roja también puede ser un signo de un nevo displásico, que no es cáncer, pero tiene una probabilidad más alta que un lunar común de convertirse en cáncer.
Un lunar común se desarrolla en la piel cuando las células pigmentarias crecen en grupos. La mayoría de los adultos tienen entre 10 y 40 lunares comunes. El Instituto Nacional del Cáncer proporciona imágenes de lunares comunes para la comparación. Estos lunares tienen la posibilidad de convertirse en melanoma o cáncer de piel, que es extremadamente peligroso. Las personas deben informar a sus médicos si sus lunares cambian de color, forma, textura o altura. El Instituto Nacional del Cáncer también aconseja ponerse en contacto con un médico si los lunares comienzan a picar, sangrar o expulsar cualquier tipo de secreción.
Según el Instituto Nacional del Cáncer, sería irregular que un lunar común fuera de color rojo a menos que la coloración roja esté muy cerca del tono de piel normal de una persona. Aquellos que tienen un lunar rojo deben buscar signos de nevo displásico y melanoma, y también deben consultar a su médico lo antes posible.