En la antigua agricultura china del siglo III a. C., el arado de hierro se inventó para facilitar el trabajo en el suelo. Se denominaron arados de kuan o arrabas y finalmente fueron sacados por bueyes.
Durante el período Zhou, hubo técnicas mejoradas de fundición de hierro que llevaron a su uso en la creación de herramientas y armas. Por 400 aC, el hierro era prominente en la agricultura. Los chinos cultivaban soja y arroz en hileras, que eran más efectivas al arar. Los arados tenían forma de "V" con una punta afilada y alas laterales para cortar y mover el suelo. Al principio, estos arados eran empujados por cultivadores; sin embargo, en el siglo I a. C., el ganado fue utilizado para tirar de ellos más rápidamente.
En el mundo occidental, Jethro Wood se convirtió en el primero en patentar el arado de hierro en 1819. Este arado estaba hecho de partes intercambiables y fue un desarrollo importante en la tecnología agrícola.