Hans Christian Oersted descubrió el aluminio en 1825. Los científicos anteriores creían que el alumbre contenía un metal desconocido, pero Oersted recibe crédito por el descubrimiento porque fue la primera persona en extraer pequeñas cantidades de aluminio del compuesto.
La cantidad de aluminio extraído por Oersted era tan pequeña que los científicos no podían determinar las propiedades del metal. En 1827, el químico Friedrich Wohler desarrolló un nuevo proceso de extracción de aluminio, que permite producir piezas más grandes del metal. A pesar de este avance, todavía había una cantidad limitada de aluminio disponible, lo que lo convierte en un proceso costoso. En 1859, el precio del aluminio bajó significativamente, pero $ 40 por kilogramo aún era demasiado caro para muchas personas. El aluminio no se usó mucho hasta principios de 1900, cuando la oferta finalmente alcanzó la demanda, lo que resultó en una disminución dramática de los precios.