La fotosíntesis produce glucosa y oxígeno. Ambos son requeridos por los humanos para el proceso de respiración, que es cómo los humanos producen la energía necesaria para realizar todas las actividades celulares. Sin acceso a los productos de la fotosíntesis, la raza humana dejaría de existir.
La fotosíntesis es un proceso que ocurre en las plantas. Las plantas utilizan la energía que reciben de la luz solar para convertir el agua y el dióxido de carbono en glucosa. Las plantas utilizan esta glucosa para crear su propia energía, almacenando el exceso de glucosa en los tejidos de las plantas para su uso posterior. El oxígeno se libera como un producto de desecho de este proceso.
Los humanos respiran oxígeno y comen la glucosa almacenada en las plantas. Convierten estos químicos en energía, dióxido de carbono y agua en un proceso llamado respiración. El dióxido de carbono y el agua se devuelven a la atmósfera, proporcionando a las plantas los ingredientes necesarios para continuar el ciclo.
La fotosíntesis realizada por las plantas también es una parte importante del ciclo del carbono. Al eliminar el carbono de la atmósfera y convertirlo en glucosa, las plantas ayudan a preservar el delicado equilibrio del ciclo del carbono de la tierra. Demasiado carbono en la atmósfera puede llevar a cambios climáticos que pueden tener un impacto negativo en la humanidad tanto económica como ambientalmente.