La mayoría de las personas con gota son tratadas por un médico de atención primaria, y menos del 10 por ciento de los pacientes son referidos a un reumatólogo, señala Everyday Health. A veces, los pacientes reciben asesoramiento de un dietista porque el tratamiento a menudo implica medicamentos y cambios en la dieta, lo que puede ayudar a reducir la frecuencia de los brotes.
En condiciones normales, el cuerpo descompone sustancias llamadas purinas en ácido úrico y deposita este ácido en la sangre, explica la Clínica Mayo. El ácido úrico es procesado por los riñones y se excreta en la orina. La gota se desarrolla cuando el cuerpo produce demasiado ácido úrico o no lo elimina bien. El ácido úrico se acumula en la sangre y se deposita en las articulaciones, donde forma cristales que causan inflamación y dolor.
Algunos brotes de gota ocurren sin una causa aparente. Otros pueden estar relacionados con los efectos secundarios de los medicamentos, la dieta, una condición hereditaria o una cirugía, según la Clínica Mayo. La carne roja y el alcohol son sustancias ricas en purinas y se sabe que aumentan los brotes de gota. Los medicamentos como la aspirina, la niacina y los diuréticos también pueden aumentar la concentración de ácido úrico en la sangre.
Los ataques de gota a veces son provocados por la pérdida rápida de peso, la hipertensión y la cirugía, explica la Clínica Mayo. Las condiciones hereditarias, como el síndrome de Kelley-Seegmiller y el síndrome de Lesch-Nyhan, causan una elevación del ácido úrico en la sangre debido a una enzima deficiente o faltante que controla los niveles de ácido úrico.