España tiene una economía capitalista mixta, lo que significa que tanto el estado como el sector privado dirigen la situación de la economía. En términos de ingreso per cápita, España tiene la 12ª economía más grande del mundo.
Desde 2007, España ha sufrido altos niveles de desempleo. Para el año 2010, España tenía una tasa récord de desempleo del 18,1 por ciento, que se debía principalmente a las rígidas regulaciones laborales, los despidos y los beneficios por desempleo excesivamente generosos. El alto costo de los beneficios por desempleo hace que los salarios aumenten, lo que hace que los empleadores tengan dudas sobre la contratación de nuevos empleados. Todos estos factores contribuyen a la posición débil de España en la economía mundial.