Un folículo ovárico que mide más de 2 centímetros es un quiste ovárico, una acumulación de líquido dentro de un ovario rodeado por una pared muy delgada, explica Medical News Today. Los quistes ováricos varían mucho de tamaño; algunos son tan pequeños como un guisante y otros son más grandes que una naranja.
Un quiste funcional que se forma durante la ovulación es el tipo más común de quiste, según WebMD. Ocurre cuando el óvulo no se libera o el folículo en el que se forma el óvulo no se disuelve después de que se libera el óvulo. A veces, los folículos en los que los óvulos normalmente maduran no se abren y forman quistes. Esta condición se llama síndrome de ovario poliquístico. La endometriosis puede hacer que el tejido del revestimiento del útero crezca en los ovarios, causando dolor y afectando la fertilidad. Los cistoadenomas rellenos de líquido se forman fuera de las células en la superficie del ovario, y los quistes dermoides contienen tejido similar al que se encuentra en el cabello, la piel y los dientes.
Los síntomas de los quistes ováricos incluyen menstruación dolorosa y sangrado anormal; dificultad para orinar, o una necesidad frecuente de orinar; un dolor sordo en la espalda baja; y dolor o hinchazón en el abdomen, afirma WebMD. Los quistes a menudo se diagnostican durante los exámenes pélvicos de rutina. Se confirman mediante pruebas de imagen como ecografía, resonancia magnética o tomografía computarizada. Los análisis de sangre para determinar los niveles hormonales y buscar CA-125 también se utilizan para diagnosticar quistes, así como la laparoscopia.