Los usos comunes del sulfato de amonio incluyen fertilizantes, tableros de circuitos, herbicidas y vacunas. El sulfato de amonio se clasifica como un compuesto y tiene propiedades físicas y químicas similares a la sal. Esta sustancia tiene una textura y apariencia salada, pero carece de un sabor y olor característicos.
Aunque es útil para muchos propósitos humanos, el sulfato de amonio presenta algunos riesgos para la salud de humanos y animales y requiere un manejo cuidadoso. El uso principal del sulfato de amonio es en pesticidas y fertilizantes comerciales. Esta sustancia se disuelve rápidamente en agua, pero no en alcohol y otras mezclas sintéticas, por lo que es una adición sólida para estabilizar los fertilizantes. El amonio se libera al exponerse al agua y puede penetrar en el aire en forma de gas amoniaco.
Después de la aplicación al suelo húmedo, las partículas de amonio se escapan, causando un aumento en el nivel de acidez del suelo circundante. El aumento de la acidez crea un nivel de pH más bajo en el suelo, aumentando el crecimiento de plantas y cultivos. La introducción de sulfato de amonio en el suelo también produce nitrógeno, lo que fomenta el rápido crecimiento de las plantas.
El sulfato de amonio se disuelve menos fácilmente que muchos otros compuestos naturales y sintéticos, lo que lo convierte en una opción económica para un ingrediente fertilizante barato Este compuesto también sirve como herbicida al quemar y finalmente matar las hojas de las plantas, lo que facilita su eliminación. El sulfato de amonio también aparece en los panes procesados y actúa como un aditivo en muchos alimentos.