En un ecosistema, los productores primarios crean sus propias fuentes de alimentos. Estos productores pueden variar de un tipo de ecosistema a otro. En un ecosistema forestal, los principales productores son plantas que crean su propio alimento a través de la fotosíntesis, mientras que en el océano los organismos como el fitoplancton producen su propia energía y suministran oxígeno a la vida acuática del océano.
Los productores pueden variar en tamaño desde plantas grandes como árboles hasta organismos mucho más pequeños como el plancton. Algunos tipos de plancton o algas son tan pequeños que pueden ser difíciles de ver con el ojo humano. Los productores crean sus propios alimentos utilizando los rayos del sol en un proceso llamado fotosíntesis.
La energía obtenida de los rayos solares se combina con el dióxido de carbono que se toma del aire y del agua del suelo para producir los azúcares necesarios para mantener la planta sana y viva. A su vez, estos organismos crean oxígeno para los otros organismos en su ecosistema.
Estos organismos son generalmente consumidores o, en algunos casos, descomponedores. Los consumidores comen no solo a los productores, sino que, en algunos casos, también comen a otros consumidores. El ciclo de los productores, los consumidores y los descomponedores se requiere para el ciclo de la vida. Si uno de estos grupos o pasos desaparecieran del ecosistema, afectaría el ciclo siguiente y afectaría o destruiría efectivamente el ecosistema.