Los científicos usan el término consumidor para referirse a organismos que comen otros organismos. Los consumidores difieren de los productores, ya que no producen su propio alimento. La mayoría de los productores son plantas verdes, pero muchos organismos son consumidores.
La distinción entre consumidores y productores surge cuando uno estudia el flujo de energía a través de los diversos ecosistemas de la Tierra. La gran mayoría de la energía que fluye hacia el planeta cada día proviene del sol. Las plantas verdes son uno de los únicos organismos que pueden aprovechar esta energía y convertirla en una forma útil. Las plantas verdes realizan esta tarea a través de un proceso llamado fotosíntesis. La mayoría de los otros organismos no pueden crear su propio alimento, por lo que deben subsistir con otros organismos. Muchos consumidores comen plantas verdes, y los científicos llaman a estos organismos consumidores primarios. Otros organismos cazan y se comen a estos consumidores primarios. Los científicos a menudo llaman a estos animales consumidores secundarios, pero el término depredador también se aplica. Los consumidores secundarios tienen sus propios depredadores, y en la práctica, todos los organismos eventualmente se convierten en alimento para otros organismos. Algunas criaturas subsisten enteramente de plantas y animales muertos. En el proceso, estas criaturas liberan y reciclan los nutrientes que contienen sus alimentos y los devuelven al ecosistema. Estos animales llevan el nombre de descomponedores, y ayudan a proporcionar a los productores las materias primas necesarias para la producción de alimentos.